A lo largo del día tienes miles de pensamientos circulando por tu mente, descubrir aquellos que te hacen entrar en un estado de miedo y vulnerabilidad es primordial para poder corregirlos, cambiarlos o desactivarlos y hacer que estas emociones desaparezcan de tu vida y de tus actuaciones en público. Conseguirás que el miedo no te esclavice y expresar libremente tus emociones haciendo que quien te vea se emocione contigo.
Si te observas bien verás que no siempre tienes los mismos pensamientos ni las mismas emociones, durante el transcurso del día pasas por varios estados. Lo ideal es estar en un estado de paz y serenidad con uno mismo y con lo que te rodea. Pero esto no es así en la mayoría de los casos. Hay frases o pensamientos recurrentes que sirven a la mente para entrar en diferentes estados emocionales como inseguridad, vulnerabilidad, alegría, amor, calma, miedo, confusión, incapacidad…
Estos pensamientos funcionan como puertas de entrada a estos estados. Para ello debes estar muy alerta de cómo piensas y cómo sientes.
Los pensamientos están íntimamente conectados a las emociones o sentimientos, piensa en un momento en el que te sentiste alegre y al instante sentirás la alegría, piensa en un acontecimiento triste y de inmediato te sentirás igual. Piensa en el miedo y lo sentirás como algo real. El pensamiento es lo primero, por muy insignificante que sea y aunque tú no seas consciente de que estás pensando, si sientes una emoción es seguro que antes ha habido un pensamiento. Sea la que sea, si es fuerte o menos intensa siempre va precedida de un pensamiento.
Hay pensamientos inocuos que ocupan la mayor parte de tu tiempo mental del tipo de “hoy voy a comer arroz, esta planta se está marchitando, el cielo está nublado…” que no interfieren demasiado en tu estado emocional y que no te das cuenta de que están ahí. Pero hay otros pensamientos que vienen con una fuerte carga emocional ya sea positiva o negativa para ti. Es a estos a los que hay que prestar atención, tanto a los positivos como a los negativos pues un exceso de ellos te pueden llevar a estados nada aconsejables como la euforia o la depresión.
La mayor parte de las personas oscilan a lo largo de sus vidas entre picos de euforia y de tristeza profunda en el que a medio camino encuentran algún periodo de bienestar o estabilidad. Con entrenamiento puedes hacer que estos picos vayan desapareciendo y se conviertan en ondas que son fáciles de gestionar.
Para descubrir tu puerta de entrada al miedo has de ser un observador de tu mente, tomar distancia de tus pensamientos para poder discernir y adquirir la claridad mental que te dará el poder para decidir no tener este pensamiento que te hace ser vulnerable, que te hace entrar en el reino del miedo. Tu entrada puede que sea una locución como “es que…”, o puede que sea un recuerdo casi imperceptible de algún hecho del pasado…y sobre todo esas frases que empiezas con NO como “no puedo…, no se…, no tengo…” Además es necesario liberarte de todas aquellas emociones satélites que le acompañan y que muchas veces son la antesala del miedo como la incapacidad, inseguridad, la sensación de no estar preparado… todas ellas vienen precedidas también de pensamientos.
Debes poder reconocerlo, debes ser capaz de apreciar los sutiles cambios en tu estado emocional para cuando se presente poder decidir que no quieres sentirte vulnerable y con miedo y quitarle el poder de hacerte sentir así. Pero por encima de todo debes desterrar estas frases negativas de tu vocabulario. Sé un espectador de tu mente, no dejes pasar ni un detalle. Trátala como algo ajeno a ti, como algo que puedes ver fuera de ti. Obsérvala y cambia de canal si no te interesa lo que te está diciendo. Toma el control de tu mente.
El miedo se puede manifestar de muchas maneras y en muchos ámbitos de tu vida, no sólo en las actuaciones, conciertos, exposiciones públicas… Si en tu vida diaria eres capaz de mantener una actitud alerta hacia tus pensamientos y vas entrenando tu mente para que el miedo cada vez sea menor, para que las situaciones que producen estrés o ansiedad sean cada vez menos, verás que será fácil y además automático llevar esta actitud, esta mentalidad a tus conciertos, actuaciones o conferencias haciendo que el miedo y la ansiedad sean cada vez menos y puedas disfrutar de lo que estás haciendo.
Cuando los reconozcas puedes hacer lo siguiente: registra rápidamente qué pensamiento ha sido, cómo te ha hecho sentir y declara en ese mismo momento “Yo ….…….. le quito el poder al pensamiento……… de hacerme sentir……….”. Hazlo tantas veces como sea necesario. No desesperes, pues volverá. Pero recuerda que tú no eres tu mente ni tus pensamientos. Tú eres más fuerte. Tú tienes el control.